Una factura es un documento mercantil que evidencia una operación de compraventa. Existe una normativa relacionada con ella que toda persona, sea física o jurídica, debe manejar si está llevando a cabo cualquier actividad económica. Estas contienen una serie de reglas que determinan las obligaciones a las que están sujetas empresarios, profesionales y autónomos a la hora de emitirlas.
Por ejemplo, los datos que debe llevar una factura, completa o simplificada, están regulados y supervisados por el ente respectivo. Dentro de la información que contendrá está el número de la factura, la fecha de emisión, los datos del emisor, etc. Un dato importante que no puede faltar es la base imponible. ¿Qué es y cómo se determina? Averígualo con nosotros.
La base imponible en una factura
Imagina que vas a un centro comercial y te detienes en uno de sus establecimientos donde compras varios productos. Cada uno de ellos tiene un precio determinado que al sumarlos te dará una cantidad total. Pues, no vayas a creer que eso es lo que pagarás cuando llegues a la caja.
Más bien, esa totalidad será el monto a considerar para cancelar algunos impuestos asociados a los productos que has adquirido. Esto es lo que se conoce como base imponible y la cual toda factura por obligación debe mostrar.
Generalmente, toda transacción financiera está sujeta a la aplicación de impuestos, como por ejemplo, el IVA o el Impuesto Sobre la Renta de Personas Físicas (IRPF). Entonces, tomando en cuenta la base imponible se efectúa el cálculo que determinará la cuota tributaria que debe agregarse a la compra. El resultado al sumar ambos datos será el monto definitivo que pagarás al vendedor.
Cuando te den tu factura podrás visualizar esta información con facilidad. Esto es por poner un ejemplo sencillo y común de lo que es una base imponible. Sin embargo, hay otros ámbitos que se desarrollan a niveles superiores, profesionales o empresariales donde su estimado puede ser un poco más complejo.
La base imponible y la declaración de impuestos sobre la renta
En otro concepto acuñado a este término, la define como la sumatoria de todas las ganancias generadas por un contribuyente a través de un periodo fiscal. En este sentido se pueden percibir dos partes en una base imponible: una general y otra especial.
La primera incluye los rendimientos del capital, los rendimientos del trabajo, las imputaciones de rentas y las ganancias y perdidas patrimoniales que se suscitan en un tiempo determinado de tributación.
En el caso de la especial, aquí van incorporadas las ganancias y perdidas totales conseguidas en un ejercicio superior a un año. En esta base imponible, las perdidas compensarán las ganancias y si aún no se obtienen resultados positivos, se compensará con las ganancias obtenidas en años anteriores.
Pues bien, la cantidad que refleja la base imponible en realidad no es la que determina el impuesto sobre la renta, más bien se calcula sobre la base liquidable. Esta es algo que está estrechamente vinculada a la base imponible, ya que consiste en aplicar sobre ella reducciones establecidas por las leyes que regulan cada impuesto.
Dentro de estas reducciones están: por prolongaciones de la actividad laboral, por rendimientos por su trabajo, por el cuidado de los hijos y por movilidad geográfica. También, las efectuadas por edad y por ascendientes, por discapacidad, por sistemas de prevención y pensiones, entre otras.
Entonces, considerando estos aspectos se efectúan sobre la base imponible un conjunto de reducciones o deducciones sobre las que se aplicará el tipo impositivo por el que se tributará.
Métodos para calcular la base imponible
La Ley General Tributaria dictamina tres maneras para su estimación:
- Estimación directa, empleada de forma general. Se obtiene de los datos aportados directamente por el pagador del impuesto. Así como notaste en el ejemplo anterior. También, puede ser la información contenida en los libros que llevan la contabilidad de la empresa, entre otros.
- Estimación indirecta. Esta se da en el caso en que la Agencia Tributaria no cuente con todos los referentes necesarios que permitan tener una base imponible concreta.
- Estimación objetiva. La Ley la establece solo para casos particulares. No se basa en datos reales, sino en magnitudes o ratios que servirán como base para hacer una media.
Tipos de base imponible
Son dos las clases de base imponible que encontrarás. Una se expresa en unidades monetarias, donde se miden valores de mercados, rentas, precios de adquisición, contraprestaciones, etc. La otra se establece bajo una unidad no monetaria pudiéndose medir en peso, potencia, volumen, longitud, número de empleados, etc.
Base imponible sobre un salario
En la declaración del IRPF la base imponible más frecuente está conformada por el sueldo. Son los llamados rendimientos por trabajo a quien se le hace una reducción del 6-7% de pago por Seguridad Social, dando como resultado final la base imponible. A esto se le pueden sumar otras rentas salariales.
En la base del ahorro de IRPF debes hacer constar los rendimientos del capital mobiliario. De manera diferenciada, cada base imponible aporta una contribución. En el caso del Impuesto al Valor Agregado (IVA) la base imponible está constituida generalmente por la cantidad total de la operación efectuada.
Cálculo de la base disponible con programas informáticos
Hay programas de facturación que además de ofrecer la generación de facturas en periodos cortos de tiempo, tienen incluidos formulas que permiten hacer muchos cálculos automáticos. Así es como los autónomos y empresas resuelven fácilmente el cálculo de la base imponible, ya que cuentan con programas de este tipo.
Como has visto, la base imponible es el dato que se toma para realizar el cálculo de algunos impuestos que debemos pagar. Esta información tiene que estar al día y ser transparente. De lo contrario, pudieras ser penalizado por efectuar fraude fiscal. Para otras informaciones importantes dirígete a nuestro blog para que te enteres de otras cosas que quizás no sabes.
